Escudo de la villa de Herreruela
Colección diplomática de Herreruela (Siglos XVI-XIX)
Número 37. |
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Transcripción del documento: Antonio Camacho Rodríguez El año de 1759, en tres de enero, expidió Su Santidad Clemente XIII, un decreto en que manda a todos los sacerdotes, así seculares como regulares sean obligados a decir el prefacio de la Santísima Trinidad en todas las misas [Tachado: mayores], que desde el día de su fiesta de este presente año se celebrasen en todos los domingos de él, y demás años siguientes, en que no estén señaladas por las rúbricas prefaciones propias. Y en 28 de febrero de dicho año, otro en que perdona a todos los religiosos apóstatas, las penas y penitencias en que incurrieren por tales delitos, si de su propia voluntad se restituyesen a sus respectivas religiones, habilitándoles para honores, y otros grados, a todos los que se provee de remedio, aun cuando hayan cometido la enorme culpa de apostasía de la fe Católica. Y también se les da facultad, para que presentándose a el ordinario, u a otro de los superiores que menciona el edicto, puedan ser absueltos por cualesquiera de ellos. Y así mismo que dentro del término de cuatro meses, que se les señalara, puedan pasar a otra religión, aunque sea más baja con tal que en ella se guarde la claustral y regular observancia, pero no se les permite el tránsito a las Órdenes Militares, y Hospitales, excepto el de San Juan de Dios, ni tampoco se permiso para pasar a la Orden de San Benito, de la antigua observancia, u a otra semejante Congregación de cualquiera orden que sea. Y para que conste lo firmé en 18 de mayo de 1759. Don Jacinto García Herrera. (fol. 17 r.) // |