Museo Etnológico de Herreruela.

Escudo de la villa de Herreruela

 

Colección diplomática de Herreruela (Siglos XVI-XIX)

 

Número 38.

FICHA CATALOGRAFICA

1775, abril, 05-06. Herreruela.

Jacinto García Herrera, cura propio de Herreruela y Caleruela manda a Joaquín Juárez, notario público, realiza el inventario de las alhajas de la Iglesia de San Ildefonso como se estableció por mandato u orden de la Visita que hizo a la Parroquia Miguel Celestino de la Madrid, Visitador del Obispado de Ávila.

Papel, Pergamino, 3 folios, letra Humanística. Gobierno. Becerro. Estado de conservación regular.

Signatura: APHER, Economía, Becerro, fol. 17 v. – 19 v.

Procedencia: Archivo de la Iglesia de San Ildefonso de Herreruela (Toledo)

 

Transcripción del documento: Antonio Camacho Rodríguez



[Al margen izquierdo: Inventario de alhajas de la Iglesia de Herreruela]


En el lugar de Herreruela a cinco días del mes de abril de mil setecientos setenta y cinco, el señor Don Jacinto García de Herrera, cura propio de su Iglesia Parroquial, cumpliendo con lo que se le manda en la última santa Visita celebrada por el señor Licenciado Don Miguel Celestino de la Madrid, Visitador General de este Obispado, por ante mí el notario habilitado general, por su merced el señor provisor y vicario general de la ciudad de Ávila, paso a hacer e hizo inventario de todas las alhajas que tiene la citada Iglesia, el cual con toda distinción y claridad es este que se sigue:


Primeramente un copón de plata.

Una cruz de plata, que se pone en la manga.

Una custodia de plata, con el viril dorado.

Dos cálices con sus patenas de plata, el uno de ellos dorado, y otro llano.

Una cucharita de plata para cáliz.

Dos vinajeras de plata.

Una corona de plata de Nuestra Señora del Rosario.

Una diadema que tiene el niño.

Tres crismeras de plata.

El rosario de Nuestra Señora engarzado en plata.

Tres medallas de plata que están puestas en el Rosario.

Una caja de plata para llevar el viático a los enfermos.

Una tinaja para echar aceite. (fol. 17 v.) //

Una casulla de damasco encarnado, con cenefa verde y bordada.

Otra casulla encarnada, con tres galones de oro.

Otra casulla de damasco morado, sin galón.

Otra casulla de tafetán morado, con galón de hilo.

Otra casulla de raso liso blanco, con cenefa encarnada, y fluecos de seda.

Otra casulla de la misma tela.

Otra casulla de damasco blanco, con el galón amarillo.

Otra casulla verde de damasco en cuadritos, con cenefa de terciopelo encarnado, bordado con un galón de platilla.

Otra casulla de tapiz, con campo blanco.

Otra casulla de damasco negro, con galón dorado.

Otra casulla de lo mismo, y negra, con cenefa encarnada de terciopelo bordado

Dos dalmáticas negras, de damasco.

Una capa de damasco negro.

Otra capa morada, con galón amarillo.

Otra capa de damasco blanco, con cenefa encarnada y galón amarillo.

Dos almáticas de raso blanco.

Una muceta de damasco encarnado, guarnecida de oro y plata fina.

Un frontal de raso negro, con la cenefa encarnada.

Otro frontal de raso negro, con galón blanco y acompañado.

Otro frontal blanco de damasco, con cenefa encarnada.

Otro frontal de damasco verde la cenefa y el morado. (fol. 18 r.) //

Otras dos frontales de lienzo pintado.

Otro frontal de raso blanco.

Otros tres frontales de damasco blanco, con cenefa encarnada, y sus bastidores.

Otros dos frontales, de raso verde con galón dorado, el uno, y el otro, sin él, y muy deteriorado con un bastidor. Otro frontal de raso negro, con cenefa de raso encarnado, con su bastidor.

Un palio de damasco encarnado, guarnecido con fluecos de seda dorada y pajiza, y las cenefas bordadas en tafetán encarnado.

Siete palias de distintos colores.

Dos navetas de bronce.

Dos incensarios también de bronce.

Seis candeleros de azofar, los dos altos que sirven para el altar mayor, y los cuatro son más bajos, para los colaterales.

Tres lámparas de azofar, que sirven para los altares, mayor y colaterales.

Tres misales, el uno sin forro, muy viejo y los dos con forro, el uno con pauta encarnada que a dado el presente cura.

Un manual bastante maltratado.

Dos mangas, una encarnada y otra negra.

Tres estandartes, uno encarnado, otro blanco y el otro negro.

Nueve tafetanes para cálices, tres encarnados, dos morados, dos blancos, uno verde y el otro negro. (fol. 18 v.) //

Cuatro bolsas de corporales, que hacen a distintos colores.

Seis pares de corporales, con sus hijuelas.

Más otras seis bolsas de corporales.

Tres bandas, las dos blancas, la una más que demediada, y la otra buena encarnada.

Cuatro cortinas, dos en el altar de Nuestra Señora, y otras dos en el del Cristo.

La cortinería del sagrario que es encarnada y de otros colores.

Siete amitos, los dos de ellos con cintas.

Catorce purificadores.

Trece cornualtares.

Seis sábanas y un roquete.

Seis albas buenas.

Dos sobrepellices de lienzo.

Un paño negro para los difuntos y una sábana.

Una sotana negra de bayeta.

Tres cíngulos.

Seis candeleros de palo torneados pequeños, y cinco hacheros, los dos medianos, y tres grandes dados de colores muy destruidos.

Una custodia de palo.

Un cofrecito forrado en verde, sin llave.

Siete aras.

Dos tablas de consagración.

Diversos retazos de libros de canto llano.

Dos cruces en el altar mayor, una de bronce y otra de Jerusalén.

Unas salvilla y plato de peltre.

Un calderillo de azofar y dos hisopos. (fol. 19 r.) //

Un formón y hierro para hacer hostias.

Cuatro bancos de pino.

Un atril, facistol, y tenebrario, todo de pino.

Un crucifijo que está en la sacristía con un doselito blanco ya viejo.

Un espejo con marco negro.

Una tabla de las memorias que está en la sacristía.

Dos campanillas para los altares.

Dos campanas medianas que están en la torre, y un campanillo para tocar a misa.

Una frontalera que está en la sacristía.

Dos pares de andas, las unas de castillejo y bolillos, dado de encarnado y dorado.

Una chuleta para lumbre.

Un farol de vidrio, que sirve para cuando se va a dar a los enfermos.

Cinco frontales nuevos, de los de moda del indiano.

Un caldero de cobre, con el asa y abrazaderas de hierro para llevar agua, bien tratado.

Una azada de hierro, que sirve para abrir las sepulturas. Una pala de madera.

Tres bonetes bien tratados.

Un arca de pino, que está en la sacristía sin cerradura, que la falta un cacho.


Todos las cuales alhajas aquí expresadas son las que hoy día de la fecha tiene suyas propias la Iglesia de este lugar de Herreruela, en donde para que conste lo firmamos a seis de abril de mil setecientos setenta y cinco.


Ante mí, Joaquín Juárez. (fol. 19 v.) //